Emigrar o no emigrar...he aquí el dilema.

Mirar hacia un horizonte diferente, en el cual se pueda encontrar "eso" que se busca (que en muchos casos no se sabe que es) y no se encuentra en la tierra de uno. Es ya completamente diferente a lo que era hace 15 o 20 años. Hoy en día hasta nosotros queremos globalizarnos, aunque cueste, aunque duela o nos traiga únicamente unos dólares más y muchos amigos de menos.

Más compleja es la decisión para alguien que lo tiene "todo", que para alguien que busca un "suicidio social" porque "todo" le sale al revés. Estuve también en esta última posición pero en ese momento, la partida fue suspendida.

He aquí mi situación. Ingeniero en Informática, con una "especialidad" en la que he trabajado por los últimos 4 años, con pasaporte y ciudadanía comunitaria (gracias a mis antepasados tanos que cambiaron la "bota" (para los pelotudos que no la cazaron, Italia) por el "mate"), una esposa al hombro (que no lea esto porque me pega un boleo en el ojete que me deja hablando chino en 5 minutos) y poco más.

Parece mentira que, a pesar de desear emigrar desde hace más de 1 año, sigo creando vínculos con el paisito de forma cuasi subconsciente. Me estoy pagando un apartamento, me compré mi primer auto! y día a día paradójicamente (o más bien, incoherentemente) hago planes para quedarme en estas tierras. Es que cuesta muchísimo, pero también, no quiero tener 40 y arrepentirme de nunca haberme ido, al menos por un tiempo.

Ejemplos tengo varios, pero sin duda el que más admiro es el de mi coloega Germán quien tomó la decisión (y oportunidad, por supuesto) de irse de su México querido para establecerse en Uruguay, quien luego vio nacer a su pequeño (por ahora!) Charrumaco. Nuevamente el destino le hizo trasladarse a tierras Oceánicas.

Es así que mi decisión se dilata más y más a pesar de que las variadas opiniones de gente experiente y no tanto se resumen en esta frase...

"andate pelotudo, que mierda estás haciendo en Uruguay ???".

En fín ... sigo pensando en lo que pueda ser, sabiendo de ante mano que mi esposa me apoya y sigue a donde vaya y que por más de que me las pele el regreso a mis tierras es inevitable.